lunes, 30 de diciembre de 2013

Capítulo VII.

me como la distancia a bocaos'
con tal de terminar el viaje en tu boca

nunca he visto algo tan bien hecho
como nuestro rastro de camas desechas

me refugio en silencio en tu espalda
para así llenarlo todo de palabras

no paran de temblarme las piernas
cada vez que me pienso entre las tuyas

por las mañanas,
nada más despertarnos,
te observo callada esperando que me mires
y me sonrías tímidamente
para decirte que estás-más-bonita-que-nunca

tú me miras
y me dices que soy idiota,
y yo catalogo esa mirada tuya
como el mejor momento del día

583 no son lo kilómetros,
sino las veces que te diría al día que te quiero

domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo VI.

a veces confundo llover con llorar,
y caigo en charcos de antítesis,
con las manos atadas en cien mil nudos marineros,
a ver si así,
salgo antes o después a flote

luego,
al borde del equilibrio entre las prisas 
y el buscar tu mano para encontrar la calma,
entiendo que este mar es el reflejo de un cielo,
y tras caer en la cuenta
mis manos inquietas empiezan a buscarte,
toda yo me visto de tu nombre
y me abrocho muy cerca del cuello
todos los besos que te debo

la letra pequeña de la distancia
a veces duele más de lo que jode,
pero la solución es sencilla cuando al mirarnos
hacemos grandes todas esas cosas
que pueden parecer pequeñas

jueves, 12 de diciembre de 2013

Capítulo V.

maldeciré al tiempo por su incapacidad para detener la vida,
privándome de conclusiones que se derraman por tus ingles,
en segundos que me separan de tus labios
y minutos que me devuelven una vez más
a este invierno repleto de intrusismo,
que gana al escondite entre tu boca y la mía

no escribiré otra cosa
que poemas insulsos de palabras anacrónicas,
términos cargados de amuletos que no serán más 
que el fetiche
de cientos de páginas en blanco;
que al cerrar los ojos y leer entre líneas
todo se pueda resumir haciendo alusión
a las ganas que tengo de follarte,
del rastro de tus uñas en mi espalda,
y de mi lengua,
siempre empapada,
suplicando guerra entre tus piernas

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Aerolitos. Carlos Edmundo de Ory,

El aforismo, tal como lo practica Carlos Edmundo de Ory, tiende a subrayar una verdad profunda a medias borrada, o crear un sentimiento, una emoción olvidados. Los Aerolitos de Ory se diferencian de otras literaturas breves en que precisamente no son literatura, sino ramificaciones nerviosas de un núcleo vitalísimo que nos recuerda en todo momento que estamos vivos.


La risa es el sexo del alma.

La poesía es un secreto de adultos. 

Los recuerdos son la salud de la enfermedad de vivir.

El amor es el laboratorio del poeta.

No me acuerdo de haber nacido.

Pienso con las yemas de los dedos.

Yo veo molinos de viento en los gigantes.

Los pájaros son pensamientos perfectos.

Ser un minusválido metafísico.

Cada vez somos menos los hombres que no somos nada.

El silencio es políglota.

La muerte no se acaba nunca.

El fuego es bello, luego el infierno es bellísimo.

El deseo es coger las estrellas por los pelos.

A veces me aterciopelo.


Mis máximas son mínimas.

sábado, 30 de noviembre de 2013

Capítulo IV.

guardas en tu cuerpo el calor del verano,
y cada vez que yo me muero de frío no me abrigas,
tú te desnudas,
me abrazas,
y no encuentro metáfora mejor para decir
que eres eso de lo que todos hablan,
pero mío,
el amor de mi vida

si al rato tengo calor,
me susurras inviernos al oído,
me soplas el cuello como una brisa de primavera
y terminas empapándome de todas esas noches frías
en las que nos habríamos derretido
con tal de habernos podido dar un poco de calor

eres el vuelco al corazón tras una buena noticia,
lo que se siente al volar
por primera vez una cometa,
ese cosquilleo en la espalda
los 10 segundos antes de verte;
los nervios,
las prisas,
el deseo cuando la vela se apaga,
un regalo inesperado
que ha cambiado tanto mi vida,
que ya no entiendo de los días,
de las horas o minutos,
si no es una cuenta atrás
que termine con tu mano en mi cintura
y mi boca en tu sonrisa

si crecen preguntas en tu ombligo
prometo responder con besos y versos,
para que jamás olvides
que lo que tú tienes dentro,
eso lo más bonito que yo he visto en la vida

martes, 19 de noviembre de 2013

Capítulo III. (encontrándole los orgasmos)

no es un secreto eso de que
cuando te enamoras,
matarías por un mínimo roce
de su mano en(tre) tus piernas,
y el latido del corazón se mide
por lo cerca que esté su boca
de la tuya;
o su mano
del primer botón de tus pantalones

no es un secreto que el mero hecho
de recordar tus dedos en su boca
te haga morderte el labio inferior,
ese que suele
recorrer el final su espalda
buscándole los gemidos;
ese que suele
empaparse tras sus bragas
encontrándole los orgasmos

tampoco son secretos las ganas,
el deseo,
o las ansias de clavarle palabras
que reclamen sus uñas en tu espalda,
sus dientes en tu cuello
y quizá su lengua
lamiendo con vicio
cada una de las 10 palabras
que ahora se escurren
por toda tu boca.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Capítulo II.

no vale de nada levantarse sin haber caído,
emerger sin haberse hundido,
ahogarse en un vaso de agua
si el mar no te llega al cuello.
no hace falta abrigo para sobrevivir al invierno,
ni siquiera calor
para soportar el frío.
y si los pies ya no recuerdan
el tacto del suelo,
no hay nada mejor que salir corriendo.

no vale de nada cerrar los ojos si no hay beso,
respirar si no es a través de tu pelo,
hundirse más de mil veces
en algo que no sean tus piernas.
no hace falta techo para refugiarse de la lluvia,
ni siquiera calor
para soportar el frío.
sólo me hacen falta
tus pies fríos y tú
para sentirme a salvo del invierno.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo I

cuando no estás
me da por imaginar lo que seremos.
ya no hablo 
de 'lo que podríamos llegar a ser'
porque no conozco otra conjugación
de la que nos vayamos de la mano

mil veces al día te pienso,
y un cien por cien de ellas
te metes entre mi ropa,
buscándome las cosquillas,
diciéndome a 583 km
todas esas cosas que siempre he querido escuchar

y aquí me tienes,
quitándole las costuras a la distancia
para no dejar de repetirte,
una y otra vez,
que si el amor firmase,
lo haría con nuestro nombre

lunes, 4 de noviembre de 2013

el insomnio cura más que lo que curan los sueños.

hablaría de mis noches
contando las que no he podido dormir;
ellos no lo saben,
pero a veces,
el insomnio cura más
que lo que curan los sueños

el mundo está lleno de grises,
no hay persona más decepcionante
que aquella que no resiste a la memoria

pero entonces cierro los ojos,
por inercia,
y entiendo que todo el color que le falta al mundo
se te desborda por el pecho,
y yo ya lo único en lo que sueño,
es en ponerme cómoda
y seguir empapándome de ti

lunes, 14 de octubre de 2013

Hacer el amor contigo es regalarle al mundo un día más de vida.

A veces,
el mejor momento del día
se concentra en tu cuello
cuando te recoges el pelo,
y sin ni siquiera darte cuenta
recoges mi alma
para llenarla de vida;
que contigo
he encontrado más de lo que estaba buscando;
que contigo
hacer el amor
es regalarle al mundo
un día más de vida

Felicidad
es amanecer repasando con mis dedos
tu 7ª cervical;
es jugársela a la rutina
y despertar respirándote;
es que tu boca me responda 
sin que yo le pregunte,
y divaguemos a besos
sobre toda la vida 
que tenemos por delante

Si sólo tuviera un puñado de palabras,
las usaría para hacerte reír,
para clavarte sílabas
que den a entender
que si la vida durase una hora
contigo serían los 60 mejores minutos
jamás invertidos;
que si fueras abismo me tiraba al vacío,
que si fueras,
y lo eres,
hogar,
hace tiempo que tengo
las maletas hechas

Y aunque la distancia sea una puta
y el tiempo su aprendiz,
me escogiste a mi entre tanta gente;
ahora ya he encontrado un motivo
para que el número 15 me guste;
y sí,
a la típica pregunta de,
¿qué quieres ser de mayor?
yo contesto
que quiero ser tuya.

martes, 1 de octubre de 2013

Como si lo fueran todo.

Se miraban como si lo fueran todo. Como si el reflejo de una vida algo caótica no tuviera ningún tipo de peso sobre ese presente. Como dos gárgolas sobre Nôtre-Dame que nunca han temido caer al vacío y quebrarse en tantas piezas como amaneceres han visto. Podían hundirse en un mar tan profundo que la idea de despertar se convertía en algo tan utópico como resucitar por amor; pero se miraban, se miraban como si lo fueran todo, y flotaban allá donde se lo propusieran. Nunca volvían porque jamás huían; no existían mejores mapas que los que trazaban con las yemas de sus dedos. Se hablaban por debajo de lo dicho e inventaban tantos idiomas nuevos como estrellas hay en el Universo. Y en fin, se querían tanto, que se miraban como si lo fueran todo. 




Y lo eran.

martes, 17 de septiembre de 2013

Es más bonita la muerte en su espalda, que la vida más allá de sus brazos.

Es más bonita la muerte en su espalda,
que la vida más allá de sus brazos; 
la huida a su cuello,
que la victoria lejos de su piel;
la caída 
por la amplitud de sus párpados,
que el apogeo de un millón
de atardeceres
desde cualquier parte del mundo

no tenéis ni idea los que escribís 
sobre amaneceres bonitos
si no habéis visto su sonrisa,
a eso de las 9 y media,
a unos 3 centímetros de ti,
y en fin,
que sí
que suena a idiota enamorada,
pero qué puedo hacer 
si incluso al pestañear suena su nombre;
si he escuchado su voz tan de cerca
que ahora mis oídos no entienden
esta distancia tan desproporcionada,
dispar
e
irrazonable,
desde la primavera de su boca
hasta la estación de mi piel

haría malabares con el alma
con tal de ser la chica de sus sueños,
desmembrar palabras en su boca
y así poder gritarle,
a versos,
que la vida debería llevar su nombre,
así como el otoño su sonrisa;
que quiero guardar en los cajones llenos de mañanas,
todos sus buenos días,
tardes, 
y cómo no,
sus mejores noches

acostarme un sábado a su lado
y olvidando lo planeado,
con los nervios a escalofríos, 
lanzarle un te quiero,
no sin antes escribirlo en su espalda
con la yema de mis dedos
alrededor de unas,
no sé,
¿15 veces?
que si hay que tirarse a la piscina,
yo me tiro;
que no me va el punto y coma,
y ya que hablamos de comer
le pido a la vida
empezar siempre por su boca

sábado, 31 de agosto de 2013

Eres la palabra más perfecta que se ha inventado jamás.

Aceptaría mil derrotas más
si al final de la caída
estuvieras tú,
como el otoño, 
curándome el calor del caos
como quien pone una tirita,
porque tú lo haces fácil,
me abrazas
y ya se puede estar acabando el mundo fuera
que yo no me voy a dar
ni cuenta

Podría cargar con trescientos fracasos más
si el próximo acierto 
llevara tu nombre,
y obviando casualidades y suerte,
dejaría de hablar de acierto
para llamarlo 
de alguna manera que me invite
que quiera decir,
y diga,
que eres la puesta de sol
más bonita
que se ha visto nunca;
la mañana más preciosa
o
la palabra más perfecta
que se haya inventado
jamás

Consentiría diez cicatrices más
si el siguiente roce
fuera el de tu cuerpo sobre el mío,
si la siguiente mirada
cayera desde tus ojos,
si lo próximo que viera
fuera a ti
follándome hasta los silencios

Accedería a más de cuatrocientas 
noches de insomnio,
si al día siguiente 
me acostase en tu cintura,
cerca de tu ombligo,
y pudiera hablarte 
de todas y cada una de las noches
en las que te eché tanto,
tanto de menos,
que hasta mis vacíos
se llenaban de ti
y florecían,
insomnes
y
desvelados,
llenos de besos que contarte

Daría tanto
por desvelarme en tu boca,
que me acuesto afónica
a ver si con suerte
la voz la pones tú
mientras me cuentas este invierno al oído

miércoles, 28 de agosto de 2013

Ese mechón de pelo que cae diagonalmente

La idea es perderse un rato en el mar, dejarse llevar, y asomar la cabeza en el momento apropiado. Lo malo es que nadie nos dice cuál es el instante correcto, ni siquiera sabemos qué habrá por encima de nuestras cabezas. Lo bueno,
y aquí entras tú,
es ese cosquilleo,
desde lo tangible de mi pie derecho,
hasta donde llegue el escalofrío que recorre mi columna, dándome a entender que en ese momento he de salir a tomar aire,
y cuando digo aire,
hablo de tu boca

La idea es dármelas de arquitecto si hablo de tu cuerpo,
conocer los detalles de la convexidad de tus rodillas

la 
concavidad 
de 
tu 
espalda,
pronunciar una disertación sobre cómo roza tu mejilla ese mechón de pelo que cae diagonalmente, 
cómo te lo recoges deteniendo el tiempo sin ni siquiera darte cuenta, 
o cómo,
(como si algo me empujase por la espalda)
siento la necesidad de correr a perderme en tu ombligo, mientras terminas de recogerte el pelo 
yo me digo a mí misma que pienso despeinarte en la siguiente parada

La idea es no entender tu propia omnipresencia para a la vez comprender que todos los días de la semana empiezan a llevar tu nombre;
en fin,
que si la idea fuera sonreír cada vez que se me dispara el corazón, 
cada vez que algo me recorre por dentro,
me dolería cada centímetro de la boca
pero me daría igual porque sé que tú me curarías a besos

La pregunta es qué haría mi lengua si fuera equilibrista,
y la respuesta,
cómo no,
es que sólo tu piel podría ser la cuerda
en la que me sostuviera

lunes, 12 de agosto de 2013

Que si hay que pedirle deseos al cielo...

me has empapado los ojos de tus sonrisas,
y ahora no hay quien mire al frente
sin encontrar tu boca;
supongo que ahora entiendo el significado de injusto
si cuando amanece y busco tu cuerpo
no está tu mano pegada a la mía;
y es que me faltan incluso estaciones,
escaleras
y paradas,
para llenarte la boca de palabras
en forma de besos,
como un billete de ida
sin viaje de vuelta

has escondido tu olor bajo mi piel
y a ver quién le explica ahora a mis manos
que no pueden perderse en tu cintura;
que si fuera por mí,
te llevaría a cualquier otra parte,
con pulsera de todo incluido
para darte todo lo que esos labios pidan,
y a ver si así con suerte,
paramos el tiempo
y a la mierda con las despedidas

he trazado un mapa sobre tu cuerpo
y el tesoro estaba en cada poro de tu piel;
joder,
que me he acostumbrado a perderme en tus rincones,
como si llevara haciéndolo toda la vida,
y ahora,
24 horas después,
como si fueran 24 vidas,
no quiero encontrarme si no es mirándote,
despacito,
y con mucha calma,
en el reflejo de tus ojos


que si hay que pedirle deseos al cielo,
pido asiento de primera clase
entre tus ganas,
bajo tu risa,
sobre tu espalda...
y cerca, muy cerca
de 
tu 
mirada

y aunque en esta habitación haya 30º
se me congela el gusto,
el tacto
y el olfato,
si no es tu risa la que llena el aire de razones,
causas
y motivos,
para hundirme más de mil veces
entre tus piernas

y a ver cómo me explico a mí misma
que esta noche no te voy a respirar
mientras creamos los principios
de todas esas cosas que quiero hacer contigo,
para escribir la historia,
que se titula M,
de todas nuestras primeras veces

jueves, 18 de julio de 2013

Medirte a besos las distancias para que se reduzcan a 0.

Tengo unas ganas terribles de escribirte,
y contarte, por ejemplo, 
yo qué sé, 
que no daría nada por una noche a tu lado,
porque las quiero todas;
que me sorprendo a mi misma pensándote,
y que si te pienso,
es porque mis dedos gritan tu nombre,
al igual que yo quiero gritar en tu oído
todas esas cosas
que tus manos van a ir escribiendo en mi piel

Podría repetirte miles de veces las mismas cosas,
podría tatuarte el cuerpo de todas estas ganas,
en aumento,
que se mueren por hundirse en tu piel, 
y lo que no es tu piel;
que se mueren por medirte a besos las distancias
para que se reduzcan a 0;
que piensan devolverte por triplicado
todas las noches,
mañanas,
y tardes que te debo

Podría contarte, por ejemplo,
yo qué sé,
que tengo urgencia de tus labios,
de calcular las distancias de tu cuerpo a mordiscos,
de perderme en tus rodillas,
y en fin,
lo siguiente ya lo piensan mis piernas;
que aquí lo único que pasa,
es que hasta mis huesos te tienen ganas,
porque sí,
llevas la M en el nombre
de Mevasaterminarvolviendoloca

jueves, 11 de julio de 2013

Y me verse despacito, con ganas y con fuerza.

A veces me juego el tipo por pensar que hay más allá,
si después de cerrar el corazón
y abrirlo con horario fijo de 4 a 6 de la mañana;
si después de no encontrarme
pueda llegar alguien y me encuentre,
tendría que decirle, muy bajito,
que no me había perdido,
sino que me estaba yendo

Podré haber perdido trenes, pero no oportunidades;
podré haber corrido kilómetros
sin necesidad de que nadie me persiguiera;
podré haber roto copas,
verdades y mentiras;
quizá incluso corazones,
pero nunca he roto la idea de que el día menos pensado
la suerte llame a mi puerta
y me verse despacito,
con ganas y con fuerza,
con la ilusión de un niño al abrir un regalo,
con la emoción que se desborda en el alma
cuando la oportunidad viene en el tren
y esta vez no se aleja
tan rápido como se apaga una vela al pedir un deseo
suplicando que esta vez no me duela

Prefiero quedarme con el sí de la poe(sí)a
que si a veces me queda grande
es porque me he dicho tantos noes
que he caminado en círculos;
prefiero quedarme con que la vida es lo que tú eliges,
y que en la siguiente parada
quizá haya una vela encendida,
y sí,
esta vez toca soplar

Quizá falten los versos claves de este poema, 
pero tengo la sensación,
y no me suelo confundir,
de que se van a empezar a escribir solos.

martes, 18 de junio de 2013

El hilo rojo del destino. ∞

Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede estirar o contraer, pero nunca romper.

Se dice que este hilo une por el meñique a las personas que están predestinadas a estar juntas. La leyenda tiene su origen en China. El hilo no puede verse por lo que tendremos que dejar que el destino sea el que tire de él. Una de las versiones dice que es el Abuelo de la Luna el que une al nacer los meñiques de los bebés. 

En otras partes se cuenta que surge a raíz de descubrirse que la artería ulnar une el meñique con el corazón y de ahí que el hilo rojo del destino sea una prolongación-conexión de esa artería que une los corazones de los amados. Incluso se llega a decir que en el período Edo (1603 a 1867), algunas mujeres se cortaban el meñique en señal de amor a su marido. 

Otra de las leyendas cuenta así:

Hace mucho tiempo, un emperador se enteró de que en una de las provincias de su reino vivía una bruja muy poderosa, quien tenía la capacidad de poder ver el hilo rojo del destino y la mandó traer ante su presencia.
Cuando la bruja llegó, el emperador le ordenó que buscara el otro extremo del hilo que llevaba atado al meñique y lo llevara ante la que sería su esposa. La bruja accedió a esta petición y esta búsqueda los llevó hasta un mercado, en donde una pobre campesina con un bebé en los brazos ofrecía sus productos. Al llegar hasta donde estaba esta campesina, se detuvo frente a ella e hizo que el joven emperador se acercara; le dijo : «Aquí termina tu hilo», pero al escuchar esto el emperador enfureció, creyendo que era una burla de la bruja, empujó a la campesina que aún llevaba a su pequeña bebé en brazos y la hizo caer, haciendo que el bebé se hiciera una gran herida en la frente, ordenó a sus guardias que detuvieran a la bruja y le cortaran la cabeza. 
Muchos años después, llegó el momento en que este emperador debía casarse y su corte le recomendó que lo mejor era que desposara a la hija de un general muy poderoso. Aceptó y en el momento de ver por primera vez la cara de su esposa, la cual entró al templo con un hermoso vestido y un velo que la cubría totalmente… Al levantárselo, vio que ese hermoso rostro tenía una cicatriz muy peculiar en la frente.

domingo, 26 de mayo de 2013

y rompí mis principios al quedarme sin finales.

Te dije:
'Dime algo bonito',
y me dibujaste su nombre,
su número, su piel, 
su beso,
dejando atrás el mío
entre todos estos barcos hundidos,
sal en las heridas,
y mordiscos que, de repente,
dejaron de desembarcar
en todos estos rincones
y zarparon a otros cuerpos

Los días me suplican un porqué
(todo junto, como las decepciones)
y yo miro a otra parte
como si así se fueran los problemas,
sabiendo que mañana,
pasado,
o quizá una noche de Julio,
llamen a mi puerta de golpe, 4 piso,
e ingenua de mi,
los estaré esperando,
con algo de autodestrucción
y una pizca de placer

Lo sé porque se ha jubilado el amor,
las bodas de domingo
y aquel poeta que descifraba nuestros besos
se ha venido a vivir a mi cuarto
y en fin,
no deja de preguntar dónde estás
y yo ya no sé qué decirle;
quizá algún día le diga la verdad
como que cuando tuve que escoger,
la opción de que me quisieras
estaba tachada y llevaba tu firma,
así que escogí que me odiaras:
tracé un plan
como el pirata que busca el tesoro,
como las olas al romper en la arena,
y rompí mis principios
al quedarme sin finales;
escogí que me odiaras
y me odiaré por ello
hasta que tenga memoria,
pero nunca sé decir adiós
cuando la situación lo requiere,
nunca sé acelerar si te veo por el retrovisor,
y nunca sabré recoger mis cosas y marcharme
sin mirar atrás
una
y otra
vez

Quizá estemos a tiempo de escoger nuestra derrota
o quizá no,
hay aviones que despegan sólo una vez
y yo estoy pensando
en empezar a coger el autobús

jueves, 16 de mayo de 2013

Consideraciones respecto al otoño. Marwan.


Quisiera empujar al otoño hasta tu barrio
sacarlo a rastras de este capítulo de mi diario
y lanzarlo a tu habitación
que entrara como un héroe de Hollywood
rompiendo la ventana, volando, de cabeza
y que rematara contra tus murallas
y se bebiera en una tarde tus anclajes.
El otoño por tu escalera
como un ladrón con la cara cubierta,
esperándote.
No sé, el otoño en tu habitación,
cubriéndolo todo,
manchándote las bragas de nostalgia
a ver si así, de una puta vez,
empiezas a echarme de menos.

miércoles, 8 de mayo de 2013

Quizá esta tendencia suicida de la primavera.

Nos volveremos a encontrar
e iré vestida de silencio,
tapando hasta las palmas de mis manos,
donde sólo queda el calor de las mentiras;
nos volveremos a encontrar
y arderán las palabras que nunca te dije
mientras aguantando la respiración
- porque algo se ha parado ahí dentro -
miro hacia la siguiente calle,
allí donde me espera la mala copia
de aquello que se podría llamar
destino

Me dí cuenta tarde
de que tenía que vaciar mis muñecas
y dejar atrás las ataduras;
pero ya se han empapado mis venas,
quizá veneno, quizá tu idea de amor de juguete,
de mi amor de verdad,
quizá esta tendencia suicida
a dejarme caer por los escalones,
mientras deletreo un destino 
que habría cuidado toda mi vida;
quizá esta tendencia suicida
a recaer una y otra vez
en las mismas cosas
que borran mi nombre de principio
a fin

Paradójico,
a mi que siempre me había salvado,
una y otra vez,
la primavera

lunes, 6 de mayo de 2013

Le das alguna calada más al fracaso, ese cigarro inacabable.

Te preguntas por qué diciembre
te eligió a ti entre tanta gente
mientras te pintas los ojos para ver
si cambia el mundo.

Tiras las preguntas sobre la cama
como quien vacía un bolso en ella
y te viene a la cabeza el día en que rompisteis
y se os atravesó el destino en la garganta.

Vuelves a los mismos pensamientos una y otra vez
y vas haciendo tu lista de reproches contra el mundo.
Te gustaría volver a una región sin sobresaltos
pero la niñez es sólo una foto amarilla.

Poco a poco se va haciendo de noche,
la tarde lo va llenando todo de cuervos
y el destino no clava ningún mensaje en tu contestador.

Le das alguna calada más al fracaso,
ese cigarro inacabable,
intentas esquivar las preguntas una y otra vez,
como a un invitado
que no se da por aludido cuando acaba la fiesta
y no quiere marcharse.

Buscas el interruptor para apagar tu cabeza
y hallas refugio en una serie tonta americana.
Piensas en todo lo que le dirías
si la volvieras a tener enfrente
y te recolocas la tristeza en el pelo.

No pides consejo a nadie
porque corres el riesgo de que alguien te diga la verdad.
Vives esperando un volantazo del destino
harta de echar de menos el cuerpo al que renunciaste.
Entonces ignorabas que esto pasaría
y que echar de menos es renunciar al presente.

El día pasará y la vida seguirá,
ganarán los mismos
perderán los de siempre,
y quizá, si eres paciente,
si dejas de correr –y me perdono–
la vida deje de ser ese autobús
que se escapa justo cuando llegas a la parada.

- Marwan.

domingo, 28 de abril de 2013

Todo lo que tú has roto.

Me repites que me quieres,
y yo,
me río de esa mentira,
poco a poco,
mientras asimilo que tendré que recoger
todo lo que tú has roto.


lunes, 15 de abril de 2013

09:09

23:55
00:24
01:58
03:00
03:12
03:47
04:11
04:24
04:48
05:01
05:06
05:47
06:11
07:42
09:09

son las veces que la tinta choca contra el suelo
que los sueños,
a medias;
que las medias,
en su sitio;
que el puto temblor del cuello
se estremece
por lo grande que se ha vuelto la cama;
y que la boca se abre más
para respirar
que para besar,
mientras,
de nuevo,
en intervalos de 10 minutos,
se hace las mismas preguntas

martes, 9 de abril de 2013

El primer verso que te escribí


El primer verso que te escribí
se derritió en mis manos 
el día que por fin pude empaparme de tu piel,
y es que no hay refugio más bonito
que a la altura de tu clavícula,
que si el mundo se declarara en guerra
me refugiaría allí
pidiendo exilio al final de tu espalda
donde empiezan mis sueños

Estar contigo es como caminar en invierno
mientras rebosan primaveras de mis bolsillos,
perder el norte 
y encontrarlo entre tus piernas
y amor,
eso de que las noches con estrellas son más bonitas
lo sé desde que eres la dueña y vigilante
de la constelación de mi espalda,
del universo de caricias,
y cosmos de besos

Me levanto pensando 
a ver qué puedo besarte hoy
y te verso un poema;
puedo decirlo más alto 
pero no más claro,
por ti volaría aunque tuviera miedo a las alturas,
aunque la caída fuera brutal,
porque lo que sí es brutal
es tu cuerpo encima del mio,
y aún así,
seguirían sin existir palabras que pudieran describir
lo que pasa en mi pecho cuando sonríes
y es que a veces me cuesta dejar de mirarte
porque me parece un atentado contra el mundo
perderme uno solo de esos gestos
que me vuelven loca
y le dan sentido a la vida

Me desnudas a mi
y a mis miedos,
quiero besarte hasta que te extingas,
elevas la altura
y eres el acertijo que me resuelve;
que hoy,
y todas las noches,
si pienso en ti le otorgo dignidad al insomnio.
Aún queda mucho por sentir.

domingo, 31 de marzo de 2013

No se puede fumar el cigarro de después si no ha habido un antes.

Supongo que nunca está de más usar de combustible
una causa perdida,
huir a lamerse las heridas y darse cuenta
de que no existen,
- pero descubrir la huida -
perderse en un standby en el que,
aún escribiendo,
no hay mucho que decir
y es que así funciona la tinta sobre el papel,
no siempre se puede escribir la palabra tristeza
si no se siente entre costilla y costilla,
y a la pregunta de por qué debería,
contestar el típico
'no lo entenderás
si nunca te has perdido en un cuaderno',
que aunque no lo sienta en mi cabeza
ni lo encuentre por mis venas
supongo que nunca está de más usar de combustible
una causa perdida

No hay musa sin poeta
ni poeta que no cruzaría un mar de palabras
con tal de leer a su musa;
entre líneas, 
entre dientes,
entre guerras;
no hay despedidas versátiles si del mar se trata
ni vuelcos al corazón que no te recorran la espalda;
no hay coartadas justas
ni imposiciones parciales;
quizá no hay tantas piedras
para tirar a un solo tejado

En realidad,
si he aprendido algo es que no se puede fumar
el cigarro de después
si no ha habido un antes;
en realidad,
y por fin,
no se puede sacar entre ambas costillas
murmullos de los que pesan
si al meter la mano entre ellas
sólo encuentro pronombres personales
que terminan en 'tú',
e impersonales que empiezan
entre tus sábanas

Podría dedicarte cuatrocientos mil treinta versos 
hablando de cómo me enamoro un poco más
cuando me miras de 'esa' manera
pero te dedico lo que significa,
que escriba lo que escriba 
termino hablando de ti,
que supongo que nunca está de más
dejar a un lado las causas perdidas.