jueves, 11 de julio de 2013

Y me verse despacito, con ganas y con fuerza.

A veces me juego el tipo por pensar que hay más allá,
si después de cerrar el corazón
y abrirlo con horario fijo de 4 a 6 de la mañana;
si después de no encontrarme
pueda llegar alguien y me encuentre,
tendría que decirle, muy bajito,
que no me había perdido,
sino que me estaba yendo

Podré haber perdido trenes, pero no oportunidades;
podré haber corrido kilómetros
sin necesidad de que nadie me persiguiera;
podré haber roto copas,
verdades y mentiras;
quizá incluso corazones,
pero nunca he roto la idea de que el día menos pensado
la suerte llame a mi puerta
y me verse despacito,
con ganas y con fuerza,
con la ilusión de un niño al abrir un regalo,
con la emoción que se desborda en el alma
cuando la oportunidad viene en el tren
y esta vez no se aleja
tan rápido como se apaga una vela al pedir un deseo
suplicando que esta vez no me duela

Prefiero quedarme con el sí de la poe(sí)a
que si a veces me queda grande
es porque me he dicho tantos noes
que he caminado en círculos;
prefiero quedarme con que la vida es lo que tú eliges,
y que en la siguiente parada
quizá haya una vela encendida,
y sí,
esta vez toca soplar

Quizá falten los versos claves de este poema, 
pero tengo la sensación,
y no me suelo confundir,
de que se van a empezar a escribir solos.

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