sábado, 8 de noviembre de 2014

Capítulo XVI.

y yo,
que veo belleza en la nostalgia,
que encuentro dulce la tristeza,
he aprendido a ver semáforos en verde
cuando todo parece estar en rojo

y tú, 
que cruzas un mar sin mojarte los pies
y yo,
que buceo preocupada de no ahogarme

llegaste besándome los párpados
y ahora siempre te veo al abrir los ojos

y yo,
que encuentro precioso lo cotidiano de esperarte,
que disfruto de poder mirarte,
la única cuerda que me ata
es el rozar de tu nombre,
el temblar de palabras que se atreven a decir
que más allá de la necesidad está el querer,
que si huyo,
está en ti mi refugio;
que si camino,
todas mis calles llevan a tu puerta

y yo,
que me atrae la locura
y tú,
que me vuelves loca