domingo, 30 de marzo de 2014

y no pude hacer otra cosa que tocarte. -Capítulo XI-

te acercaste como si fueras brisa
y sentí que debía
levantar los pies del suelo.
llegaste como una de esas canciones
que no puedes sacarte de la cabeza.
amor,
te acercaste como si fueras música
y no pude hacer otra cosa
que tocarte

si volar te hiciera feliz,
te elevaría cada mañana
con los brazos preparados para recogerte;
te daría la mano
y te enseñaría cada cielo de mi memoria
en el que no diviso nada mejor
que pasar el resto de mi vida contigo

si ser música te hiciera feliz,
compondría mil y unas canciones
que llevaran tu nombre,
cientos de melodías que habrían sido inspiradas
por tus maneras,
tus formas,
y ese brillo en los ojos que tienes
cada vez que crees que no te miro
- y es que siempre lo hago -

créeme cuando te digo esto,
porque no sé volar ni cantar,
pero sí se escribir(te)
y nada me haría más feliz
que poder dibujarte en versos
hasta el último día de mi vida

tú eres la página,
la tinta,
el poema.

martes, 25 de marzo de 2014

El amor debe ser pasión y primeros auxilios.

El amor debe ser eso. 
Algo que te sacuda el cuerpo 
desde primera hora de la mañana.
Que te hable. Que te mire. 
Que te folle con la mirada.
Que desencadene en ti escalofríos, temblores.
Nervios. 
Que te acelere por dentro. 
Por fuera. 
Que te clave el deseo hasta el fondo.
Querer explotar. Detonar. 
Reventar. 
Que te haga sentir una diosa entre la masa,
cada día.
Recorrer. Correr. Arder.
El amor debe ser pasión
y primeros auxilios.
El amor debe ser fácil.
Que te cuide.
Que lea braille en tu cuerpo
y nunca deje de ser su libro favorito.
Y entre otras cosas,
de las que siempre nos olvidamos,
que te hable del amor que le provocas
y de cada uno de los temblores 
que has causado en su piel.

Y que todo esto sea recíproco.

Ser feliz.

El amor debe ser sentir.
El amor debe ser mucho más que la vida.

lunes, 10 de marzo de 2014

Capítulo IX.

hay palabras que hacen la ausencia,
la omisión de un sentimiento que más bien podría acallarse,
que pide a gritos el silencio,
la afonía de quien las pronuncia,
la paz eterna en la voz de esas personas
que no comprenden que enamorarse
no es sólo la no-soledad
sino el hecho de relegar la ausencia
para hacer un hueco al amor

quién no teme al destierro
aún sabiendo que no es más
que una dicción clara y limpia.
a quién no le aterra el vacío;
a quién no le asusta girarse
y no encontrar nada más
que unas huellas desgastados
de nuestros propios zapatos

a veces,
si tienes suerte,
aparece alguien en tu vida
que no te salva,
(porque el amor no es una salvación),
pero sí te hace olvidar cada una de las cosas
por las que has caído al suelo
sin manos y de cabeza;
te hace comprender
que todos y cada uno de esos pasos
tenían como final sus manos,
y que si hay algo que quiera ver
de aquí hasta que me muera,
es su boca cerca de la mía
y su cuerpo
a menos de un metro de distancia.