maldeciré al tiempo por su incapacidad para detener la vida,
privándome de conclusiones que se derraman por tus ingles,
en segundos que me separan de tus labios
y minutos que me devuelven una vez más
a este invierno repleto de intrusismo,
que gana al escondite entre tu boca y la mía
no escribiré otra cosa
que poemas insulsos de palabras anacrónicas,
términos cargados de amuletos que no serán más
que el fetiche
de cientos de páginas en blanco;
que al cerrar los ojos y leer entre líneas
todo se pueda resumir haciendo alusión
a las ganas que tengo de follarte,
del rastro de tus uñas en mi espalda,
y de mi lengua,
siempre empapada,
suplicando guerra entre tus piernas
Una pequeña muestra de.. bueno, de querer y ser querida (:
ResponderEliminarTe apunto. Te sigo.
muchas gracias, un placer :)
EliminarAl final lo que nos obsesiona se acaba colando en nuestras letras. Es inevitable.
ResponderEliminarUn abrazo!
muchas gracias por pasarte, un placer :)
EliminarEse turista que se instala...para mudarse a otra piel, a otra espalda, a unas piernas.
ResponderEliminarSaludos!
Buena reflexión :)
EliminarA veces la poesía sin rimas, ni metáforas es más bonita y llega más profundamente, que la que está saturada de recursos literarios.
ResponderEliminarTodo se puede resumir a que me ha encantado ese final.
El romanticismo está bien, pero la realidad también ;)
Un besito
ay, muchas gracias por pasarte, como siempre. Tienes mucha razón en lo que dices, hay que tener los pies en el suelo.
EliminarUn besito!
No supliquemos guerra, luchemos por ella. Me gustó!
ResponderEliminarsublime desastre
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