sábado, 30 de noviembre de 2013

Capítulo IV.

guardas en tu cuerpo el calor del verano,
y cada vez que yo me muero de frío no me abrigas,
tú te desnudas,
me abrazas,
y no encuentro metáfora mejor para decir
que eres eso de lo que todos hablan,
pero mío,
el amor de mi vida

si al rato tengo calor,
me susurras inviernos al oído,
me soplas el cuello como una brisa de primavera
y terminas empapándome de todas esas noches frías
en las que nos habríamos derretido
con tal de habernos podido dar un poco de calor

eres el vuelco al corazón tras una buena noticia,
lo que se siente al volar
por primera vez una cometa,
ese cosquilleo en la espalda
los 10 segundos antes de verte;
los nervios,
las prisas,
el deseo cuando la vela se apaga,
un regalo inesperado
que ha cambiado tanto mi vida,
que ya no entiendo de los días,
de las horas o minutos,
si no es una cuenta atrás
que termine con tu mano en mi cintura
y mi boca en tu sonrisa

si crecen preguntas en tu ombligo
prometo responder con besos y versos,
para que jamás olvides
que lo que tú tienes dentro,
eso lo más bonito que yo he visto en la vida

martes, 19 de noviembre de 2013

Capítulo III. (encontrándole los orgasmos)

no es un secreto eso de que
cuando te enamoras,
matarías por un mínimo roce
de su mano en(tre) tus piernas,
y el latido del corazón se mide
por lo cerca que esté su boca
de la tuya;
o su mano
del primer botón de tus pantalones

no es un secreto que el mero hecho
de recordar tus dedos en su boca
te haga morderte el labio inferior,
ese que suele
recorrer el final su espalda
buscándole los gemidos;
ese que suele
empaparse tras sus bragas
encontrándole los orgasmos

tampoco son secretos las ganas,
el deseo,
o las ansias de clavarle palabras
que reclamen sus uñas en tu espalda,
sus dientes en tu cuello
y quizá su lengua
lamiendo con vicio
cada una de las 10 palabras
que ahora se escurren
por toda tu boca.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Capítulo II.

no vale de nada levantarse sin haber caído,
emerger sin haberse hundido,
ahogarse en un vaso de agua
si el mar no te llega al cuello.
no hace falta abrigo para sobrevivir al invierno,
ni siquiera calor
para soportar el frío.
y si los pies ya no recuerdan
el tacto del suelo,
no hay nada mejor que salir corriendo.

no vale de nada cerrar los ojos si no hay beso,
respirar si no es a través de tu pelo,
hundirse más de mil veces
en algo que no sean tus piernas.
no hace falta techo para refugiarse de la lluvia,
ni siquiera calor
para soportar el frío.
sólo me hacen falta
tus pies fríos y tú
para sentirme a salvo del invierno.

viernes, 8 de noviembre de 2013

Capítulo I

cuando no estás
me da por imaginar lo que seremos.
ya no hablo 
de 'lo que podríamos llegar a ser'
porque no conozco otra conjugación
de la que nos vayamos de la mano

mil veces al día te pienso,
y un cien por cien de ellas
te metes entre mi ropa,
buscándome las cosquillas,
diciéndome a 583 km
todas esas cosas que siempre he querido escuchar

y aquí me tienes,
quitándole las costuras a la distancia
para no dejar de repetirte,
una y otra vez,
que si el amor firmase,
lo haría con nuestro nombre

lunes, 4 de noviembre de 2013

el insomnio cura más que lo que curan los sueños.

hablaría de mis noches
contando las que no he podido dormir;
ellos no lo saben,
pero a veces,
el insomnio cura más
que lo que curan los sueños

el mundo está lleno de grises,
no hay persona más decepcionante
que aquella que no resiste a la memoria

pero entonces cierro los ojos,
por inercia,
y entiendo que todo el color que le falta al mundo
se te desborda por el pecho,
y yo ya lo único en lo que sueño,
es en ponerme cómoda
y seguir empapándome de ti