jueves, 24 de abril de 2014

Striptease emocional -Capítulo XII-

si me hubieran preguntado hace años qué sería de mí ahora, me habrían faltado 5 puntos (de sutura) para llegar al aprobado

si me preguntan ahora qué era de mí hace años, hablaría de las cimas más altas que he rodado y las oportunidades que he dejado pasar por mirar tan de cerca al sol que cada primavera me cegaba

las historias tienen fecha de caducidad, un día te das cuenta que has dejado de contar aquella anécdota de tus 18 porque ya ni siquiera te acuerdas de cómo empieza, sólo sabes que terminó, y bendito fin

si me hubieran contado la de gilipolleces que iba a hacer por amor, me habría reído en la nuca de cualquier poeta, y quién me iba a decir a mí que encontraría mi mayor refugio en la poesía

si me hubieran hablado de cada mal sístole, peor diástole que he sufrido, habría apostado algo (que habría perdido) a que entre cara o cruz, nunca me saldría canto

si ahora echo la vista atrás no veo la diferencia entre lo bueno y lo malo porque todo se ha fundido en algo que no es nada más que pasado

impecable pasado si cada una de mis decisiones me han acercado a la curva del final de su espalda, que por cierto le hace un culo perfecto, y no quiero refugiarme en otra parte que no sea el sur de su ombligo para dedicarle un striptease, a veces también, emocional

le declararía la guerra cada día para pasar la noche haciéndole el amor, y otras cosas no-tan-cursis, como follarle hasta que no diferencie su piel de la mía

o igual le hablo de que su risa es el sexo de mi alma, que ella es 'mi adulto' para compartir el secreto de la poesía, o yo qué sé, ¿qué se le regala a quien te cambia la vida?

porque nada es lo suficientemente bueno para ella, y en vez de hablarle de dónde nos veo dentro de unos años, dentro de unos años, como cada día, no dejaré de recordarle el milagro que es que ella exista