sábado, 3 de septiembre de 2011

1.

Aquello era vida. Yo solía sonreír y los pequeños placeres de la vida eran imprescindibles para mi. Después, ella se lo llevó, tuvo tiempo para pisarlo, deshacerse de ello, y ahora ni siquiera sabe que aún lo guarda. ¿De qué me sirve respirar si no puedo vivir? Resurge la incapacidad de empezar nada, ni siquiera mi vida. He perdido mi sonrisa de medio lado, y a quien me la saca, no sé darle todo lo que se merece. ¿Qué se supone que tengo que hacer ahora? ¿Alegrarme de que sea tan feliz y todo le vaya bien? Pues no lo hago. Y ya no sé ni siquiera si me siento mala persona. Cuando alguien chupa sangre sin límite, es lo que pasa.

3 comentarios:

  1. La vida no se detiene y tu vida tampoco, sea para bien o para mal, hay que continuar, de nada vale detenerse. Y a veces, aunque duela, hay que ser egoístas y mirar por sí mismo antes que por la persona que tienes al lado o por aquella persona que se ha ido.
    Un saludo :)

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  2. Me gusta el blog. He visto una foto exactamente igual a esa hace menos de una hora, XD. :)

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