domingo, 22 de diciembre de 2013

Capítulo VI.

a veces confundo llover con llorar,
y caigo en charcos de antítesis,
con las manos atadas en cien mil nudos marineros,
a ver si así,
salgo antes o después a flote

luego,
al borde del equilibrio entre las prisas 
y el buscar tu mano para encontrar la calma,
entiendo que este mar es el reflejo de un cielo,
y tras caer en la cuenta
mis manos inquietas empiezan a buscarte,
toda yo me visto de tu nombre
y me abrocho muy cerca del cuello
todos los besos que te debo

la letra pequeña de la distancia
a veces duele más de lo que jode,
pero la solución es sencilla cuando al mirarnos
hacemos grandes todas esas cosas
que pueden parecer pequeñas

4 comentarios:

  1. Que esta historia sea eterna, y que los capítulos, aunque acaben en papel, no lo hagan en tu corazón.

    Feliz noche! :)

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  2. Una mirada, a veces lo llena todo, incluso el mar. A fin de cuentas somos barcos y el amor el medio en que navegamos.

    Salud.

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