jueves, 12 de diciembre de 2013

Capítulo V.

maldeciré al tiempo por su incapacidad para detener la vida,
privándome de conclusiones que se derraman por tus ingles,
en segundos que me separan de tus labios
y minutos que me devuelven una vez más
a este invierno repleto de intrusismo,
que gana al escondite entre tu boca y la mía

no escribiré otra cosa
que poemas insulsos de palabras anacrónicas,
términos cargados de amuletos que no serán más 
que el fetiche
de cientos de páginas en blanco;
que al cerrar los ojos y leer entre líneas
todo se pueda resumir haciendo alusión
a las ganas que tengo de follarte,
del rastro de tus uñas en mi espalda,
y de mi lengua,
siempre empapada,
suplicando guerra entre tus piernas

10 comentarios:

  1. Una pequeña muestra de.. bueno, de querer y ser querida (:

    Te apunto. Te sigo.

    ResponderEliminar
  2. Al final lo que nos obsesiona se acaba colando en nuestras letras. Es inevitable.

    Un abrazo!

    ResponderEliminar
  3. Ese turista que se instala...para mudarse a otra piel, a otra espalda, a unas piernas.

    Saludos!

    ResponderEliminar
  4. A veces la poesía sin rimas, ni metáforas es más bonita y llega más profundamente, que la que está saturada de recursos literarios.

    Todo se puede resumir a que me ha encantado ese final.

    El romanticismo está bien, pero la realidad también ;)

    Un besito

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ay, muchas gracias por pasarte, como siempre. Tienes mucha razón en lo que dices, hay que tener los pies en el suelo.

      Un besito!

      Eliminar
  5. No supliquemos guerra, luchemos por ella. Me gustó!

    ResponderEliminar