martes, 1 de octubre de 2013

Como si lo fueran todo.

Se miraban como si lo fueran todo. Como si el reflejo de una vida algo caótica no tuviera ningún tipo de peso sobre ese presente. Como dos gárgolas sobre Nôtre-Dame que nunca han temido caer al vacío y quebrarse en tantas piezas como amaneceres han visto. Podían hundirse en un mar tan profundo que la idea de despertar se convertía en algo tan utópico como resucitar por amor; pero se miraban, se miraban como si lo fueran todo, y flotaban allá donde se lo propusieran. Nunca volvían porque jamás huían; no existían mejores mapas que los que trazaban con las yemas de sus dedos. Se hablaban por debajo de lo dicho e inventaban tantos idiomas nuevos como estrellas hay en el Universo. Y en fin, se querían tanto, que se miraban como si lo fueran todo. 




Y lo eran.

1 comentario:

  1. Todo empieza en la mirada, cuando miras a alguien como si lo fuera todo probablemente es porque lo es.

    Abrazos.

    ResponderEliminar