viernes, 7 de septiembre de 2012

Sólo hay que saber cómo.

Podría quejarme menos y como un brillante foco
ser la flecha que ilumina al inquieto movimiento
podría perderme
una y otra vez
en la mirada perdida de las personas
que, indescifrable, o a veces no tanto
dibuja mirillas sin llave hacia el interior
exterior
y esa pequeña parte que aseguramos saber situar
pero se pierde entre desfiles de palabras

Ya lo decía Aristóteles
tienen en sí y por sí mismos el principio de su movimiento.
Quién sino uno mismo para sobrellevar el agotado insomnio
los juegos de manos con destino decidido
el nido de pensamientos agujereado
o esos besos que te sumergen
en el fuego más profundo y perfecto
en la vida
en el encanto de una bonita sonrisa

Fácil es escribir tan abstracto que las dudas del mensaje
se pierden en tardes de poesía y café
difícil es volar
aunque sólo hay que saber cómo

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