miércoles, 8 de mayo de 2013

Quizá esta tendencia suicida de la primavera.

Nos volveremos a encontrar
e iré vestida de silencio,
tapando hasta las palmas de mis manos,
donde sólo queda el calor de las mentiras;
nos volveremos a encontrar
y arderán las palabras que nunca te dije
mientras aguantando la respiración
- porque algo se ha parado ahí dentro -
miro hacia la siguiente calle,
allí donde me espera la mala copia
de aquello que se podría llamar
destino

Me dí cuenta tarde
de que tenía que vaciar mis muñecas
y dejar atrás las ataduras;
pero ya se han empapado mis venas,
quizá veneno, quizá tu idea de amor de juguete,
de mi amor de verdad,
quizá esta tendencia suicida
a dejarme caer por los escalones,
mientras deletreo un destino 
que habría cuidado toda mi vida;
quizá esta tendencia suicida
a recaer una y otra vez
en las mismas cosas
que borran mi nombre de principio
a fin

Paradójico,
a mi que siempre me había salvado,
una y otra vez,
la primavera

5 comentarios:

  1. No hay que fiarse nunca de la primavera, es la más traidora de las estaciones...

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  2. En ocasiones tendemos a aferrarnos a ideas y situaciones, creyendo que nos salvan, cuando no hemos sido todavía capaces de salvarnos por dentro.

    Abrazos.

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  3. Que cierto es que hay primaveras que parecen otoños, tormentas que llegan sin avisar tras días de sol!

    Enhorabuena por tu blog, es bonito y hay grandes textos :)

    Besos desde el Taller!

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  4. Es dificil creer que algo tan mágico a veces, la primavera, puede herirnos en otras ocasiones y que en éstas ocasiones no sea capaz de salvarnos. Puede que así logremos no fiarnos ni de aquello que creíamos intocable.

    :) Fuerza!

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